El término franquicia no se refiere a otra cosa sino a un modelo de negocio utilizado para expandir empresas o negocios. El modo de operar de las franquicias en México es a través de la entrega a otras personas que deseen operar e invertir un negocio en específico.

A cambio de este “préstamo” de la franquicia, se obtiene una retribución, la cual puede venir ya sea en forma de regalía, cuota de entrada o bien, valor de producto, siempre dependiendo directamente de lo que se estipule en cada negocio. Así es, a grandes rasgos, como operan las franquicias en México. No obstante, es solo el principio.

Desde la perspectiva del franquiciante, es decir, de la persona dueña del negocio, de la marca, lo primero que se debe hacer es contar con la seguridad de estar preparado para inmiscuirse en el proceso económico a través de un modelo exitoso ya probado, esto tanto desde el punto de vista financiero como operativo. De igual forma, se debe estar listo para entregar el negocio a un tercero y que pueda replicarse de buena manera.

La otra parte del negocio le corresponde al franquiciatario, es decir, a quien desea hacer uso de “equis” marca, invirtiendo en ella tiempo, dinero y esfuerzo. Las preguntas son para él o ella son: ¿qué significa realmente invertir? ¿En qué tipo de negocio le gustaría invertir? ¿Está preparado para las exigencias que ser franquiciatario traerán consigo?

Una vez que se sabe qué son y cómo operan las franquicias en México, lo siguiente es dar inicio de manera formal con el ejercicio de contratación.
Enseguida, se revisa a profundidad a la compañía para de esta manera identificar si en verdad es una franquicia que pueda catalogarse como exitosa, entrega lo que promociona y en verdad estamos ante un servicio conocido.

En México al igual que ha venido sucediendo en otros países, las franquicias son ya un modelo de negocio ideal tanto para medianos como para pequeños inversionistas que quieren apostar a nuevos mecanismos empresariales.